Las Marzas, la gran festividad de Celanova que cayó en el olvido
Muchas veces, las festividades religiosas tienen su origen en fiestas paganas anteriores, tal vez ésto se puede aplicar a la gran fiesta del pasado en la villa de Celanova: las Marzas, que coinciden con el día del fallecimiento de San Rosendo (1 de marzo).
Primera referencia escrita a las Marzas
En el año 1847 se publica el Tomo VI del «Diccionario geográfico estadístico histórico de España y sus posesiones de ultramar» de Pascual Madoz, en él aparece una entrada dedicada a la villa de Celanova y, en ella se incluye la siguiente referencia a las Marzas, que es la primera en España:
además de la agricultura y fáb.[rica] mencionada de curtidos, se cuentan 3 molinos harineros, dedicándose también los vec.[inos] a fabricar casullas y otros ornamentos ecl.[esiásticos]; muchos a la arriería; y crecido número de mujeres a la filatura y tejido de lienzos de lino, sobresaliendo el blanqueo de madejas de hilo (…). Hay 2 mercados, de los cuales uno se celebra el jueves y es el más concurrido por los especuladores en granos, ganado de cerda, quincalla, frutas, lienzos y pescado de varias clases; el otro se realiza en lunes, y su tráfico consiste en granos y algún pescado. El día de San Rosendo o 1.º de de marzo, se celebra una feria denominada de las Marzas por dicha última circunstancia: en ella, además de especularse sobre los géneros y frutos ya referidos, se trafica sobre paños, sedas y platerías procedentes de Orense y de otros puntos»
Las Marzas de Celanova en la primera «Guía de Galicia»
En el año 1883, dos ribadavienses, Cesáreo Rivera y Víctor. M Vázquez publicaron en Madrid la primera «Guía de Galicia». En esta obra aparece una descripción de las Marzas de Celanova:
la fiesta civil que Celanova celebra anualmente y que es conocida desde tiempos remotísimos con el nombre de la Marzas; fiestas que comienzan el primero y terminan el tercer día del tercer mes del año, durante las cuales concurren a la villa gran número de forasteros para convertirla en un Mónaco y comprar y vender toda clase de objetos de lícito e ilícito comercio. La absoluta libertad que en ellas reina, concurren a la villa gran número de forasteros para convertirla en un Mónacola especie de muerte aparente a que se condena el principio de autoridad en esos días, la exención total durante su trascurso de todo precepto religioso; -porque, aún cuando la iglesia quiso aprovechar tales días para conmemorar a San Rosendo, está fuera de duda que esa fiesta ya existía antes que el fundador del convento, el cual no murió hasta el 13 del mismo mes del año 997 [abrimos un paréntesis para verificar que esta información no concuerda con la oficial que, desde la Edad Media, sitúa el fallecimiento de San Rosendo el 1 de marzo del año 977]- todo parece revelar que las Marzas, por cierto sabor simbólico que en su duración y celebración se descubre, por el carácter que revisten y las particularidades que las adornan, tienen un origen griego o romano digno de fijar la atención de los eruditos, y más si se tiene en cuenta que ya constituían costumbre en la población primitiva, cuando Celanova se llamaba Villar, nombre que perdió al edificarse el convento (…)»
Una fiesta de las Marzas en 1894
La fiesta de las Marzas también está muy unida a la historia de la Banda de Música de Celanova, tal vez la más antigua de Galicia, que durante muchos años animó esas jornadas festivas.
El desaparecido periódico «El Correo de Celanova» del 4 de marzo de 1894 indicaba que la «antiquísima y renombrada feria anual» de las Marzas:
se celebra en esta villa el día 1 de marzo, con motivo de la festividad de San Rosendo, fundador del suntuoso monasterio benedictino y hoy Patrono de las Escuelas Pías, instaladas en el 68 en el mismo, por coincidir, sin duda, con el mercado semanal y días de explendente sol y temperatura verdaderamente primaveral, estuvo muy concurrida y animada, hasta el extremo de hacerse muy difícil, en algunos imposible, el tránsito por plazas y calles, viéndose además ocupado por infinidad de personas todos los huecos de las casas y materialmente llenos de gente comercios, tiendas de todas clases y cafés. Era, en verdad, sorprendente el cuadro que ofrecía la espaciosa plaza mayor, especialmente de tres a seis de la tarde. (…) todos revelando en sus semblantes la satisfacción con que observaban el incesante movimiento de las gentes y el placer con que oían la afinada orquesta que, bajo la dirección del maestro Sánchez, ejecutó con perfección varias piezas escogidas de su repertorio.»
Po la noche se celebraba una gran sesión de baile en el Casino.
El día 2 por la tarde, la orquesta en la plaza mayor y paseo concurridísimo y muy animado; y por la noche baile de artesanos que, a juzgar por sus resultados, no dirían los forasteros que era de esta clase.
Y el día 3, descanso durante el día y por la noche baile caballeros en los mismos salones, con el mismo gusto y con igual animación.
Con estos tres días de general regocijo, y el folión de la noche del 28 de Febrero en la plaza mayor, la fiesta de las Marzas ofrece un conjunto que merecen nuestros plácemes, que los enviamos muy sinceros, al R. P. Rector por la solemnidad de la función de iglesia, al Ayuntamiento por lo que se hizo fuera de ella, sin incidente alguno desagradable, y a los forasteros, por habernos honrado con su visita, contribuyendo así al mayor esplendor de las fiestas.»
Evolución y desaparición de las Marzas en Celanova
Alfredo Cid Rumbao indica que las Marzas llegaron a ser una de las fiestas más importantes de la provincia de Ourense. El Casino Recreo, donde también se celebraban las partidas de naipes de la fiesta, se situaba en las instalaciones del monasterio de Celanova que hoy ocupan las oficinas municipales. A partir de los años 30 del siglo XX, las fiestas pasaron a celebrarse en mayo por culpa del mal tiempo, así fueron perdiendo popularidad hasta desaparecer. Desde el año 1977, fecha del milenario de San Rosendo, se intentaron recuperar las fiestas, no solo en su sentido religioso sino en el laico, pero nunca consiguieron llegar a lo que eran antiguamente.
Actualmente, el primero de marzo es festivo local de Celanova (junto al 16 de agosto, día de San Roque) por el día de San Rosendo, fundador de su monasterio, por lo cual se celebra un oficio religioso y una procesión con los restos del santo pero nada queda de las grandes fiestas y ferias de las Marzas que antiguamente duraban varios días.
La festividad de las Marzas en otras zonas del norte de España
Demetrio Duque y Merino escribía a principios del siglo XX que las marzas fueron en su origen «festividades, ceremonias cívico-religiosas, para dar gracias a la divinidad celebrando los primeros desperezos de la tierra del pesado letargo del invierno…» . O como apunta el antropólogo Julio Caro Baroja «los mozos son los descendientes de los que en otra época salieran con motivo del comienzo del año en las «Kalendae Martiae» cantando las «martiae», anunciando la venida del primer mes dedicado a un dios de la agricultura, después de los meses purificatorios». Se cantaban y aún se cantan en numerosas localidades de las siguientes provincias del norte de España: Asturias, Cantabria, Palencia, Burgos, Soria, León y Vizcaya.
Cada pueblo tiene sus versiones de los cantares de Marzas, pero muchas hacen referencia al santo de Celanova (San Rosendo), como esta de la localidad de Mecerreyes, interpretada en un festival de Burgos:
Para saber más
CID RUMBAO, Alfredo, Celanova, Vigo, 1994
MADOZ, Pascual, Diccionario geográfico estadístico histórico de España y sus posesiones de ultramar, Tomo VI, Madrid, 1847
PIÑEIRO FEIJOO, Antonio, A Banda de Música municipal de Celanova, Ourense, 1993
RIVERA, Cesáreo y VÁZQUEZ, Víctor. M, Guía de Galicia, Madrid, 1883
TEMIÑO LOPEZ-MUÑIZ, Mª José, «Dos cantos amorosos de primavera «Marzas» y «Mayas», en Narria: Estudios de artes y costumbres populares, n.º 28, 1982