El gran incendio del pueblo de Randín en 1889
En este artículo veremos cómo Randín un pueblo del ayuntamiento de Calvos de Randín, quedó prácticamente reducido a cenizas el 20 de noviembre de 1889, debido a un enorme incendio. Sus habitantes se quedaron con lo puesto.
Como se aprecia en la imagen superior, detalle de un dibujo realizado por el portugués Duarte de Armas del castillo de “A Picoña”, Randín era una población de importancia en la frontera hispano-lusitana a principios del siglo XVI, que incluso contaría con una torre defensiva en su interior. Poco sabemos de su historia hasta el siglo XIX pero, al parecer, la población iría creciendo hasta ese momento y, por consiguiente, aumentaría su número de viviendas. La torre pudo desaparecer durante alguna de las incursiones de las fuerzas portuguesas en el siglo XVII o a principios del XVIII, al igual que desaparecieron otras fortalezas en la frontera.
En el dibujo se distingue que las casas estaban cubiertas de paja; tres siglos más tarde, seguía usándose el mismo material, éste es un factor decisivo para explicar la brutalidad del incendio que hizo desaparecer al pueblo casi por completo.
Los periódicos de gallegos y estatales se hicieron eco de la tragedia. «El regional, diario de Lugo», reproducía, el 26 de noviembre de 1889, una carta enviada por el párroco de Calvos de Randín el mismo día del suceso, 20 de noviembre, al director de “El Eco de Orense”, por aquel entonces el insigne Valentín Lamas Carvajal.
Al amanecer se declaró un violento incendio en el pueblo de Randín, y tal fue su intensidad y violencia que a las tres horas ya de los 126 vecinos que consta, quedaron en la calle 120, sin casas, sin aperos de labranza, sin camas ni más ropas de vestir que la que tenían puesta; además ardieron ganados mayores y casi todo el lanar con muchos cerdos. El poco ganado que quedó morirá de hambre, porque sin albergue y sin alimentos es imposible vivir.
Ni centenos, ni patatas se salvó cosa alguna, y ahora mismo que son las doce, está comiendo en mi casa una familia que ya no tuvo que cenar, y mañana serán 20.
Del modo que usted crea más acertado, espero lo haga constar en su periódico, para excitar la caridad pública y alguna subvención oficial que vengan a enjugar las lágrimas de tanto desvalido.
De Randín ya no existen más que los nombres.
De los vecinos restantes no les quedó más que una casita en que albergarse, pero sin que le quedase pan ni patatas, ni pienso para los ganados»
Al día siguiente, la noticia ya aparece en un diario madrileño “La correspondencia española”, que añade “La colonia gallega, que es numerosa en todas las provincias de España, en Portugal y en América, acudirá seguramente al llamamiento de tantos infelices labradores, víctimas del voraz elemento.”
El 28 de noviembre, otro diario madrileño, titulado “La Monarquía. Diario liberal conservador”, se hace eco de la noticia y asegura que 582 habitantes del pueblo perdieron sus hogares “(…) pues todas las casas, a excepción de 18 o 20 que estaban aisladas, fueron pasto de las llamas.” Además dice que hubo“(…) algunos enfermos y varios niños que murieron asfixiados por el humo.”
El mismo día, el diario santiagués “Gaceta de Galicia”, titula un artículo “La catástrofe de San Juan de Randín”. Las noticias que tienen han llegado por cartas de los párrocos de Calvos de Randín y Vilamaior da Boullosa, y denuncia que:
para el alcalde de Calvos de Randín no ha pasado nada en su distrito: las lágrimas, la desolación y la miseria de un pueblo, no han sido bastantes a moverle a comunicar la infausta nueva. [Por lo tanto] (…) en el Gobierno civil aún ayer no se tenía noticia oficial de la catástrofe. (…)El [gobernador civil] señor Román Vega ha telegrafiado al alcalde de Ginzo para que le suministrara noticias del desastre, y ha dirigido una comunicación al de Calvos de Randín reconviniéndolo por su apatía.
(…) las familias [afectadas], con los ganados que han podido salvar, andan errantes por los pueblos de la comarca, impetrando la caridad del vecindario para guarecerse de la intemperie.»
Por último, destacamos la información publicada de nuevo por «El regional: diario de Lugo», el 30 de noviembre, en ella se relata con un estilo muy dramático cómo y por qué ocurrió el incendio:
(…) Las cartas de los respetables curas párrocos de Calvos y Villamayor de la Boullosa, escritas bajo una penosísima impresión, resultan un pálido bosquejo del desastre.
Los datos oficiales, y sobre todo el expediente diligenciado que ha remitido el alcalde de Calvos al señor gobernador civil, patentizan las considerables pérdidas sufridas por los vecinos (…), y demuestran la desconsoladora verdad que las llamas han reducido a escombros 320 viviendas y cuanto de ajuar, ropas, granos y frutos contenían.
Inicióse el fuego en un almacén de hierba inmediato al hogar en donde preparaba la comida una mujer. Créese que alguna chispa se ha comunicado al depósito de combustible inmediato a la cocina.
El fuego tomó desde los primeros instantes proporciones aterradoras: la mayoría de los vecinos se hallaba lejos del pueblo ocupada en las faenas del campo, y a la hora en que se declaró el incendio, las nueve de la mañana, puede decirse que solo estaban en San Juan de Randín las mujeres y los niños.
El voraz elemento se propagó con rapidez vertiginosa, auxiliado por el colmo de paja que servía de tejado a las chozas y por el fuerte viento que soplaba.
Cuando el vecindario advirtió el siniestro, ya era tarde para atajarlo: grandes lenguas de fuego, ora retorciéndose lamían los muros de las casas, ora levantándose, furiosas e imponentes formaban ígnea bóveda a las tortuosas y angostas calles.
Las mujeres y los niños huían poblando los aires de lamentos o clamando socorro, dominadas por un terror indefinible; las más serenas se dedicaron a sacar el ganado de los establos, y cuando los labradores y algunos vecinos de los pueblos comarcanos acudieron, así como los carabineros de los puntos inmediatos, ya se generalizara tanto el incendio, que el pueblo ardía por los cuatro costados, y era tan asfixiante y calamitosa la atmósfera, que no había manera ni medios posibles para acometer, ni aún con probabilidades de éxito, ni una campaña de extinción, sino la menor tentativa de aislamiento.
La desesperación de la impotencia, la angustia que se sentía en presencia de aquel cuadro de desolación, el llanto desgarrador de los niños, las exasperadas y nerviosas demostraciones de las mujeres, la perspectiva del hambre y de la miseria, la pérdida del hogar querido, todos estos encontrados afectos y pasiones sostenidos con terrible lucha, acabaron por provocar en los espíritus más varoniles la crisis, el paroxismo.
Carecían de voluntad, de fuerza, de agua, de herramientas y de todo medio para afrontar el combate contra los dos elementos en acción y sobremanera potentes, el viento y el fuego.
Así se explica que se halla perdido todo, absolutamente todo, y que al declinar la tarde no quedara de San Juan de Randín más que ruinas y escombros y ciento veinte familias consternadas y en la mayor pobreza.
Es necesario hacer un supremo esfuerzo y acudir en auxilio de tantos desgraciados labradores.»
Pincha aquí para ver cómo se socorrió a los vecinos de Randín tras este desafortunado siniestro.
Fuentes
El regional: diario de Lugo: Nº. 2.113, (26/11/1889) y 2.117, (30/11/1889)
Gaceta de Galicia : Diario de Santiago. Decano de la prensa de Compostela: Núm. 203, Santiago de Compostela, 28/11/1889
La correspondencia española. Diario universal de noticias. Eco imparcial de la opinión y de la prensa. Nº 11.561, Madrid, 27/11/1889, pág. 3
La Monarquía. Diario liberal conservador. Nº758. 28/11/1889, pág. 2
Yo naci en esa zona y jamas me hablo nadie de ese pasado tan escabroso !!!!jamas lo escuche de boca de nadie !!!!sorprendente y penoso !!!!
¡Muchas gracias por el comentario Marifé! En Vía Lethes nos gusta ofreceros información que no leeréis en otro sitio. Ya han pasado más de un 127 años desde que ocurrió esta desgracia. Aunque es difícil, nos gustaría saber si todavía queda algún randinense al que sus padres, abuelos, tíos,… le hayan contado algo sobre ésto. Si es así, animaos a comentar.
Pues yo soy de una aldea perteneciente a esta parroquia de San Juan de Randín y nunca jamás oí de personas mayores noticia alguna al respecto. Pero si está documentado, vaya que sería cierto.
Efectivamente, Cesáreo, está documentado en varios periódicos de la época. Gracias por comentar!
Yo soy de esa aldea y tampoco tenia constancia de esa trajedia…ni mis padres ni abuelos me hablaron de ese suceso.
Gracias por el comentario!
Mi familia es de randin y mi padre si recuerda que su abuelo le explicó algo de un gran incendio.
Por fin alguien que tiene referencias! Gracias por compartirlo.
Me.gustari
Pode tener esta historia como puedo hacer
La puedes leer cuando quieras en Vía Lethes
«San Xoán de Randín, una parroquia del ayuntamiento de Calvos de Randín, quedó prácticamente reducida a cenizas el 20 de noviembre de 1889».
Non; simplemente ardeu a aldea de Randín; non ardeu ningunha das outras tres aldeas da parroquia, nin o terreo entre elas.
Efectivamente, Adrián. Agora mesmo corrixo a errata. Grazas por comentar
Yo nací en Calvos de Randin y ahí estuve hasta los 12 Añitos, tampoco sabia de esto, estuve unas 2 veces en Randin.
San juan de Randín es Paradela? Mi padre en los docume tos dice que nació en Ourense, Galicia. Paradela. No puedo ubicar el lugar. Quisiera ir a conocer estoy en Argentina.
La Paradela que comentas está aquí: https://maps.app.goo.gl/mf4VS5zJ4ciDGgQ26