Xinzo en la Exposición Universal de París 1878

Pintura representando una panorámica de la Exposición Universal de Paris 1878
Uno de los primeros industriales de Xinzo, quizá el primero, fue el desconocido José Romero, creador de una fábrica de jabones en la villa, llamada “La Constancia”. El señor Romero llevó muestras de los mismos y del lino limiano a la Exposición Universal de París 1878, consiguiendo una mención de honor y una medalla de oro, respectivamente.
Tras la Revolución Francesa, que supuso el principio del fin del Antiguo Régimen, París organiza en 1798 el primer precedente de las Exposiciones Universales, en la que se mostraban los avances industriales de esta nación. La “Gran Exposición” de Londres de 1851 fue la primera que contó con la participación de varios países; y en 1855 tuvo lugar la primera Exposición Universal de París, dedicada a la Agricultura, la Industria y las Bellas Artes.
En la Exposición de 1878, la «Calle de las Naciones» en el Campo de Marte parisino sirvió de escenario para los pabellones de cada país. España contaba además con un pabellón independiente de productos agrícolas; y dos marquesinas resguardadas por toldos a sus lados, donde se exhibían los productos forestales y los cáñamos y linos. Al otro lado del Sena se encontraba el Palacio del Trocadero, donde se exhibían las riquezas artísticas. Representando a España acude la increíble cifra de 6.672 expositores, cifra solo superada por el país anfitrión, y seguida muy de lejos por Gran Bretaña. Los españoles obtienen 2.482 premios, sin contabilizar las menciones honoríficas.

Pabellón español de Agricultura en la Expo de 1878/ J. L. Pellicer
Galicia solo alcanzó dos medallas de oro en la Exposición, la mencionada del lino de Xinzo y otra por los modelos de frutas artificiales del santiagués D. Juan Sisay de Andrade.
En la clase número 46, dedicada a los productos agrícolas no alimenticios, el lino rastrillado de Xinzo obtuvo una de las seis medallas de oro otorgadas a España y sus colonias; honor compartido con cuatro productores de cigarros cubanos y con el cáñamo agramado y rastrillado presentado por un expositor valenciano. El lugués D. Ramón Armesto, de Brollón, consiguió una medalla de bronce por su linaza. Otros dos gallegos de Sober (Lugo), alcanzaron sendas menciones de honor por sus capullos de seda y lanas.
Romero no consiguió medalla por sus jabones en la categoría de productos químicos y farmacéuticos (clase n.º 47), pero logró una de las 30 menciones de honor españolas, junto a las aguas hidrosulfúrico termales de Lugo. Tres expositores gallegos alcanzaron medallas de bronce en esta sección: las aguas sulfurosas-termales de Carballo (A Coruña); las salino-termales de Cambados (Pontevedra); y el jabón de D. Pedro Álvarez y Vázquez, de Vigo.
Polémica por los premios
En enero de 1879, meses después de haber recogido los galardones en París, aparece un artículo alusivo a los expositores de esta provincia en la publicación orensana El Trabajo; fundada por Paz Novoa y Curros Enríquez, de la que éste último fue director y colaborador. Un comunicado de Romero dirigido a Valentín Lamas Carvajal, director de El Heraldo Gallego, reproduce el que le envió al director de El Trabajo quejándose del trato vejatorio que se le daba en el mencionado artículo:
Ginzo, Enero 28 de 1879
Muy Sr. mío: en este día digo al Director de El Trabajo lo que sigue: -Muy Sr. mío. No puedo dejar sin correctivo el insulto dirigido en el artículo titulado Orense en la Exposición de París, inserto en el núm. 15 de su publicación, correspondiente al 22 del corriente, a todos los que hemos llevado a la Exposición de París objetos de producción y comercio.
Por lo que a mí toca, estimo en mucho los premios obtenidos en aquel gran certamen, por lo que creo, a pesar de sus despreciables apreciaciones, que me han de producir honra y provecho; así pues, para su gobierno debo decirle, que mis jabones son conocidos en muchos puntos de la provincia, vendidos por el comercio y aceptados por el público, consumidos, cual si fuesen los tan aclamados de Sevilla y otros puntos. Que para probar que son más que non-natos, bástele saber que en 1875 obtuvo premio por ellos en Santiago, y en 1877 en Lugo, viniendo ahora a confirmar aquellos; y que con los artefactos que tengo en mi fábrica, puedo elaborar jabones para todo el consumo de la provincia y algo más, si hubiese pedidos; compitiendo en precios y clases con los tan cacareados de Sevilla.
Si ese periódico ha echado de menos en su plana de anuncios el de mi fábrica de jabones La Constancia, ha sido porque no he pensado en esa clase de publicidad, mediante que sería gastar dinero y no conseguir nada, puesto que mis jabones ya son conocidos mucho más que El Trabajo con sus quince números publicados en el primero y segundo año que lleva de vida.
Respecto a linos; se nota que el autor del citado artículos desconoce por completo las producciones de La Limia, pues si bien no podrían exportarse para el extranjero, que según se comprende son sus grandes aspiraciones, se exportan en cantidad más que regular para dentro y fuera de la provincia; y mi objeto al remitir tal producto a París no fue buscando consumo, sino para demostrar que aquí hay mujeres que saben preparar linos como en ninguno de los sitios que cita en su artículo, y he conseguido mi objeto, cuando ninguna de España mereció la distinción que el mío y el cáñamo de D. Salvador Castillo de Valencia(…).
Ruego a V. se sirva dar cabida en su apreciable periódico a las precedentes líneas a lo que quedará siempre agradecido (…) José Romero
Nos gustaría poder comprobar el “insulto” que se le hizo al industrial limiano, pero no se conserva el número de El Trabajo al que hace alusión. Tampoco tenemos más datos sobre su fábrica de jabones que, según él, no necesitaba publicidad.
Con su participación en la Exposición parisina, José Romero dejó testimonio de una incipiente actividad industrial jabonera en el Xinzo de finales del siglo XIX, y de la calidad que tenía el lino de esta comarca, merecedor de la única medalla de oro para la provincia de Ourense.
Fuentes
UMBERT, Marcelino, España en la Exposición Universal de 1878. La Ciencia, las Artes, la Industria, el Comercio y la Producción de España ante los jurados Internacionales, Madrid, 1879.
SÁNCHEZ GÓMEZ, Luis Ángel, “Glorias efímeras: España en la Exposición Universal de París de 1878”, en Historia contemporánea, Nº 32, 2006, págs. 257-283
La Ilustración Española y Americana, Año XXII, nº 26, Madrid, 15/07/1878
El heraldo gallego: semanario de ciencias, artes y literatura, Año VI, nº 303, Ourense, 10/02/1879