Idacio de Limia, único obispo conocido de Chaves e historiador de los siglos IV y V
Uno de los primeros escritores conocidos en la Historia de la Península Ibérica, es Idacio de Limia, obispo –probablemente de Chaves– e historiador. Su Cronicón es la fuente directa más importante para el estudio del siglo V galaico e ibérico.
Lo que sabemos sobre su biografía se desprende de lo que él mismo nos cuenta en su obra. Idacio nació hacia el año 390 en «Lemica civitate”, una población de la entonces Gallaecia romana que se correspondería con la actual ciudad orensana de Xinzo de Limia, ésta sería la antigua Civitas Limicorum. Suponemos que habría nacido en el seno de una familia aristocrática por el hecho de que, siendo todavía un niño, peregrinó a Tierra Santa y allí conoció a personalidades tan destacadas como San Jerónimo o el obispo Iohannes de Jerusalén.
El primer y único obispo conocido de Chaves
Otro dato que confirmaría su origen aristocrático es que, como el mismo Idacio apunta en el prefacio de su Cronicón, fue “inmerecidamente” elevado a la dignidad episcopal “después del tercer año de Valentiniano Augusto”, es decir, en el año 427 o 428. No especifica cuál era su sede episcopal pero la mayoría de investigadores coinciden en afirmar que sería Aquae Flaviae (actual Chaves), que formaba parte del Convento Bracarense, una unidad administrativa que englobaba las actuales zonas norte de Portugal (desde el río Duero), y sur de Galicia. En la iglesia de esta ciudad sería capturado por el rey suevo Frumario en el año 460, y regresaría a la misma tras unos meses de cautiverio; en aquella época los obispos tenían prohibido cambiar de sede.
La única voz discordante con esta visión tradicional y mayoritaria la aporta Ferro Couselo. En una conferencia que dio en Ourense en el año 1967, este investigador dijo que Idacio no pudo haber sido obispo de Chaves porque ésta no era una diócesis sino una parroquia de Ecuesia, un arciprestazgo que incluiría la comarca de Chaves, el valle de Baronceli (hoy valle de Monterrei) y A Limia.
Su labor episcopal se centró en perseguir las herejías más dominantes en su época, es decir, el priscilianismo y el arrianismo.
Establecimiento de los suevos en Gallaecia
En aquel entonces el Imperio Romano tocaba a su fin por la presión que ejercían las tribus bárbaras. Una de dichas tribus, la de los suevos, acabaría estableciéndose junto a los vándalos en Gallaecia. Sucedió en el año 411, tras la firma de un tradado o foedus con el emperador Honorio en el cual se establecía el nacimiento del Reino Suevo. Idacio es testigo y cronista de estos hechos; y sería el único durante medio siglo, tras la muerte de Orosio hacia el año 420.
Además de su actividad religiosa, los obispos de la época funcionan como auténticos políticos. Idacio toma parte activa para defender a los “gallaecos” de los invasores suevos, así en el año 431 va hasta la Galia para pedir ayuda a Flavio Aecio, que no pudo ofrecérsela. Por lo tanto él se convierte en mediador entre los suevos y los galaicos, consiguiendo la paz en el 433. Este papel protagonista le llevó, como hemos visto, a ser capturado tres décadas más tarde por Frumario.
A él se debe la visión más apocalíptica de las conquistas sueva y visigoda, contrastando con la de su coetáneo Paulo Orosio.
Tras el año 469, último año recogido por Idacio, hay un vacío documental de casi un siglo en lo tocante al Reino Suevo.
El Cronicón
Como hemos visto, la obra de Idacio es la principal fuente hispana para el siglo V. Redactó el Cronicón al final de su vida y en él quiso continuar la Crónica de San Jerónimo desde el año 378. A partir de esa fecha y hasta el 427 recurrió a documentación escrita y relatos orales, y del 427 en adelante a sus propias observaciones.
El manuscrito original no se conserva, pero sí copias medievales posteriores. Éstas se pueden contar con los dedos de una mano y están incompletas, pero a través de ellas se ha podido reconstruir el texto. La copia manuscrita más completa y fiable del Cronicón forma parte del Codex Berolinensis (siglo IX)La más completa y fiable es el Codex Berolinensis, del siglo IX, conservado actualmente en Berlín. Theodor Mommsen, premio Nobel de Literatura en 1902, estableció el texto actual del Cronicón en 1894 tras el análisis de todas las copias disponibles, partiendo del Berolinensis.
Estaba escrito en latín, la lengua oficial del Imperio, y no fue traducido al español hasta principios del siglo XX, por Marcelo Macías. Las primeras traducciones al gallego aparecieron en el año 2004, una de ellas promovida por otro escritor sobresaliente de A Limia, Carlos Casares, y por la Asociación Civitas Limicorum, de Xinzo.
El escritor olvidado
Pese a ser uno de los personajes más destacados de A Limia, Galicia y la Península Ibérica del siglo V; Idacio continúa siendo un desconocido para la mayoría. Muestra de ello es que su ciudad natal rebautizó con su nombre una de sus plazas más céntricas –la antigua Plaza del Pescado, conocida como O Xardín desde los años 50–, que se llama Bispo Idacio desde los años 70; y, a pesar de eso, la mayoría de los limianos siguen llamándola O Xardín.
Las nieblas del tiempo, en este caso más de 15 siglos, han contribuido a difuminar la figura de Idacio hasta casi borrarla. La Historia, a la que él tanto contribuyó, no ha sido justa con su figura y su obra, que debe ser recordada. No hay que olvidar que aquel limiano, de la lejana Edad Antigua, tenía una elevadísimo nivel cultural que le llevó a ser un escritor pionero, y una personalidad tan influyente que le permitió negociar con las altas esferas romanas y suevas.
Para saber más
CANDELAS COLODRÓN, César, “O bispo Idacio da Limia: Vida, obra e significación histórica” en Hidacio da Limia e o seu Tempo: a Gallaecia sueva. A Limia na época medieval, Xinzo de Limia, 2014
LÓPEZ SILVA, José Antonio, A Crónica de Idacio de Limia, Bispo de Chaves, Ourense, 2004
BERNÁRDEZ VILAR, Xosé, Idacio Lémico: Chronica (379-469), Santiago de Compostela, 2004
CARRERA ABELLEIRA, Xosé A., ¿Foi realmente bispo o noso Idacio? en dendealimia.com
El mismo Hidacio era de un mundo antiguo lleno de supersticiones